Los repartidores de Domino’s Pizza no usan cubrebocas
Hemos hecho la prueba dos veces, y en ambas ocasiones hemos observado exactamente lo mismo: los repartidores de Domino’s Pizza no usan cubrebocas ni practican alguna medida preventiva visible.
Tanto en la App móvil como en la página web de la pizzería, durante el proceso de compra se te avisa del «minucioso y exigente» sistema de Entrega Cero Contacto que garantiza la total higiene y no transmisión de virus de ningún tipo. La verdad es que eso es pura propaganda. El protocolo que anuncian no tiene sentido, es difícilmente practicable y además consideramos que en muchos casos no es precisamente bueno, si no todo lo contrario.
Según la empresa, de acuerdo con lo que le dice al cliente al momento de realizar su compra en internet, el repartidor no tendrá contacto con tu pizza; llegará a tu domicilio, la pondrá sobre una base en el suelo y se retirará, esperará a que tu la tomes y luego recogerá su base. Adicionalmente, si tu pagaras con tarjeta en tu domicilio, él te proporcionará la terminal punto de venta para que seas tu mismo quien realice el pago.
El sistema de Entrega Cero Contacto considera dos posibilidades y lo desglosamos a continuación:
1. Al llegar a tu domicilio el repartidor te llamará para avisarte que ha llegado o bien tocará el timbre.
2. Si tu domicilio está en un edificio, el repartidor colocará afuera de tu puerta una barrera en el piso y encima pondrá la bolsa térmica con tu orden. / Si tu domicilio está a pie de calle, el repartidor dejará tu orden encima de la caja de moto.
3. El repartidor se alejará 2 metros y esperará a que salgas.
*Si tu pago es en efectivo, coloca el monto sobre la bolsa térmica una vez que hayas recogido tu orden.
* Si tu pago es con tarjeta, el repartidor dejará la terminal a lado de tu orden y te indicará el paso a paso para el cobro.
4. Una vez que entres a tu domicilio el repartidor tomará el efectivo o la terminal con el voucher y regresará a la tienda. // En Domino’s nuestra prioridad es garantizar la seguridad sanitaria de nuestros clientes.
Todo esto, lo hemos comprobado, no sucede, ninguna de todas las cosas detalladas en ese proceso suceden.
Y la verdad, creemos que está bien que no sucedan. No tiene sentido todo eso. No tiene sentido porque de todos modos los empleados manejan tu pizza al momento de prepararla o de terminar de prepararla y al momento de cargarla en la caja de la moto, y en todos esos momentos del proceso tú no puedes verlos ni saber si son cuidadosos.
Evidentemente, todo este protocolo impracticado es pura faramalla para dar la impresión de que se preocupan, de que hacen muy bien las cosas y de que estás muy seguro, pero es ficción.
Lo que sí es factible hacer, y que sí pueden hacer y que sí es útil y que sin embargo no hacen, es utilizar un cubrebocas correctamente, así de simple, una cosa tan sencilla, y no la hacen.
Sabemos que el uso de cubrebocas no es eficiente para evitarnos el contagio, pero sí para evitar contagiar a otros si nosotros somos portadores; entonces, los empelados, quienes como cualquiera otra persona, podrían ser portadores asintomáticos, deberían portar y usar correctamente siempre un cubrebocas y una botella de gel antibacterial.
Resumen:
1. Domino’s pizza anuncia un complicado protocolo de seguridad sanitaria por parte de sus repartidores, que sus repartidores no realizan.
2. El protocolo mínimo de seguridad sanitaria que sí pueden realizar, que sí es practicable y que sí sirve, y que es el uso de cubrebocas, no lo realizan tampoco.
Ojalá las autoridades correspondientes se pusieran estrictas en la exigencia del cumplimiento de protocolos mínimos viables de seguridad sanitaria en establecimientos de venta de alimentos. Dejamos nosotros la nota.
En ambas ocasiones en que realizamos un pedido, lo realizamos desde la colonia América, en la alcaldía de Miguel Hidalgo, y nos brindó el servicio la tienda de Domino`s Pizza que se ubica en la Plaza Observatorio. Uno lo realizamos al principio de la pandemia y otro apenas.
También, ya que andábamos por esos rumbos, nos dimos una vuelta por las tortillerías, visitamos cuatro, igualmente, ninguna de las personas que están despachando las tortillas usa el cubrebocas. Hablan encima de ellas y no traen cubrecobocas.
El uso de cubrebocas en personas que manejan alimentos debería de ser obligatorio desde siempre, con pandemia o sin ella, y de hecho podemos observarlo como parte de los protocolos en establecimientos comerciales mayores, y al parecer mejor regulados, como los súperes, donde todos los empleados de panadería, tortillería, salchichonería, carnes y demás similares usan cofia y cubrebocas. ¿Por qué en las tortillerías de colonia no?
Bueno, pues deberían, pero pareciera que nadie los supervisa y sanciona por no hacer limpiamente su trabajo, aunque deberían. Ojalá las autoridades sanitarias se tomaran en serio la regulación en estos pequeños comercios de tortillas. Mientras tanto, allí siguen trabajando mal y muchas seguramente repartiendo virus a los clientes. Lamentable.
Aquí dejamos esta nota por ahora, y seguimos cicerone recorriendo la ciudad. Pronto nuevas notas.
Pedro Cicerone / Altavoz México
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