Campaña de la muerte con políticos delincuentes de México
Aquí en México la muerte
se encuentra muy ocupada,
le mandaron tanta gente,
que ya se encuentra atrasada.
Por exceso de trabajo
se siente malhumorada,
y le quiere dar pa abajo,
por semejante pasada,
a todos los responsables
de hallarse tan saturada.
Está mirando a los narcos,
los pasa con la mirada.
Ahora voltea pal gobierno,
la corrupción no se acaba.
A los gobiernos prianistas
los mira con mayor saña.
Se llevará al Peña Nieto,
que en Los Pinos rebuznaba,
se llevará al García Luna,
quien para el narco chambeaba.
Ya tiene listo a Cienfuegos,
y a Vicente Fox Quesada,
al borracho Calderón,
que en Los Pinos se empedaba.
También busca a la Gordillo,
quien se escapó del Averno,
pa llevarla de regreso
con el ángel de los cuernos.
La lista aquí no se acaba,
la corrupción es muy grande,
nada más para el prianismo
le van a faltar costales.
Ya busca paqueterías,
en todo busca auxiliares,
para cargar porquerías,
políticos residuales.
Tanto trabajo la abruma,
y hasta le sudan los huesos.
Y tanta tragedia junta,
por robarse nuestros pesos,
políticos insensibles,
rateros de poco seso,
que por engordar sus cuentas,
llenan México de huesos.
Ya se atraganta Gordillo
con un taco de carnitas,
ya Moreira es despedido
de entre las ratas priístas.
Ya el criminal Javier Duarte
se ahogó con un vaso de agua,
y al Arturo Montiel Rojas
un chorizo lo atraganta.
Calderón muere de crudo;
Peña Nieto, por tarado;
García Luna de corrupto;
Fox Quesada, de payaso.
Ya Cienfuegos muere de agua,
aguas frías que lo apagaron.
Y en la Corte “de Justicia”,
caen los magistrados caros.
La muerte se halla en campaña,
acaba a la competencia,
porque trabajar de muerte
es monopolio y es fuerza.
Se escucharon muchos llantos,
el que más lloró fue Fox;
quien más corrió, Peña Nieto;
el más chistoso, Calderón.
La muerte sigue chambeando,
no ve pa cuándo acabar.
Pero yo con estos versos,
aquí le voy a parar.
Calaverángel
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