Licencia de conducir CDMX, documento recaudatorio

En Culiacán Sinaloa, como en muchas otras ciudades mexicanas, para obtener una licencia de conducir la gente primero debe preocuparse y ocuparse de aprender a manejar, pues para obtener una licencia, como es lógico, es necesario demostrar primero la capacidad de hacer aquello que tal documento avala; licencia en español significa permiso, viene del latín licentia, sin embargo, por la naturaleza de las cosas a las que su uso se ha consignado, licencia debe (o debería) entenderse también como «prueba de que se sabe __________» y sobre la raya anterior agregue cualquier cosa para la que una licencia es necesaria, en este caso «conducir»; entonces, una «licencia de conducir» debería ser una «prueba de que se sabe conducir».

 

       Píensese, por ejemplo, en los títulos universitarios, en México el primer título de la denominada «educación superior» es el título de licenciatura; a la persona que obtiene el título de licenciatura la llamamos licenciado o licenciada, porque el título es una licencia, o sea pues, un permiso; en este caso se trata de un permiso para ejercer una determinada profesión. Para no perder tiempo, vayamos a los ejemplos más claros: cuando un médico obtiene su título de licenciado, ya tiene permiso para trabajar libremente ejerciendo la medicina, puede diagnosticar enfermedades, recetar medicamentos y practicar ciertas cirugías (aquellas para las que su título le alcance).

 

       Para obtener su título de licenciatura, es decir, su licencia, los aspirantes deben realizar una serie de trámites, presentar ciertos papeles, pagar ciertas cantidades, ir a ciertas oficinas, tomarse unas fotos, firmar aquí y allá, etcétera, lo mismo que para obtener cualquier otra licencia, por ejemplo, una de construcción, o la de conducir.

 

       Obviamente que, antes de entregarlas, las oficinas correspondientes procuran cerciorarse de que se cumplen los requisitos, de que la persona solicitante tiene efectivamente el conocimiento y la capacidad para ejercer las actividades que la dicha licencia le permitirá hacer; en el caso de las universidades y de la Secretaría de Educación Pública -que es en última instancia la responsable de la expedición de títulos universitarios-, se da por hecho que una persona sabe hacer las cosas para las que obtendrá el permiso si cursó la carrera donde se enseña a hacer esas actividades y obtuvo en todos los cursos la calificación mínima aprobatoria. (Claro que no necesariamente esto es así, pero eso ya es otro tema, del que también escribiré muy pronto).

 

       Cuando nos enteramos de la existencia de médicos falsos que ejercían tal o cual especialidad médica, nos escandalizamos, nos preocupamos, nos indignamos quizás; nos damos cuenta perfectamente de que está mal, de que eso no se debe hacer; no lo aceptamos y repudiamos el hecho. Curiosamente, no nos pasa lo mismo con las licencias de conducir, al contrario,se nos hace muy bien; creemos que es una ayuda: a veces nos saca de un apuro, sirve en muchos casos como identificación oficial y aunque no es gratis, no tienes que esperar una semana como en el INE.

 

       Nos parece una mala práctica que en Santo Domingo se expidan documentos falsos, y también entendemos que eso está mal, pero: en Ciudad de México existe al menos una Secretaría del gobierno local que trabaja exactamente de la misma forma que los impresores de la Plaza de Santo Domingo: la Secretaría de Movilidad; las diferencias son que en la SEMOVI cuentan con los sellos y las credenciales oficiales (son parte del Gobierno), el dinero que recaudan va a dar a las arcas del erario (erario significa tesoro público) y que, por lo tanto, trabajan seguros y tranquilos, sin tener que esconderse; en Santo Domingo, en cambio, los papeles son ilegítimos pues estos impresores no son autoridad, no son parte del gobierno; «tienen que esconderse»; sus sellos no son oficiales sino «piratas» y el dinero que cobran es del impresor que lo cobró.

 

       Las diferencias son, digamos, circunstanciales, pero la similitud es esencial; con diferentes condiciones y con diferente estatus, realizan el mismo tipo de práctica: emiten documentos que dan permisos o conceden un cierto estatus, sin que haya en realidad una comprobación de conocimiento que sustente la concesión del tal permiso.

 

       Una licencia, pues, debe ser entendida -y esto es realmente necesario- no sólo como un permiso, sino  también como un comprobante de capacidad; se supone que los permisos son algo que se otorga o se niega con fines regulatorios (piense en cualquier permiso: los de una mamá, los del trabajo, los de un país que deja o no entrar a un extranjero, el fin siempre es regulatorio); es algo ilógico, pues, algo falto de sentido, que se otorguen licencias de conducir a personas que no saben conducir. La única explicación es que al Gobierno de Ciudad de México le importa recaudar dinero, pero no regular la movilidad y la seguridad en vialidades; no le importa, al Gobierno de Ciudad de México, que haya al volante personas que no están capacitadas para conducir, ya sea por falta de habilidad o por falta de responsabilidad o por falta de vista o por lo que sea; si paga, cualquiera tiene permiso para conducir.

 

       En el kinder piden un certificado médico de los niños que ingresarán, supongo que esto es para saber que son niños sanos o para, en su defecto, tomar las medidas pertinentes para el bien del niño (supongo); para otorgar un certificado el médico debe primero revisar al niño y verificar su estado de salud, no tendría sentido el documento si el médico sólo cobra, lo rellena y lo entrega; el objetivo del documento, su razón de ser, no se cumpliría: seguiríamos desconociendo el estado de la salud del niño: ¿y si tiene un problema cardiaco? un médico lo hubiera podido quizás detectar con su estetoscopio. Poner el pago como único requisito para obtener una licencia va contra el sentido mismo de la licencia; ello tiene el objetivo de recaudar dinero y no de regular aquello que con ella se permite.

 

       Yo no sé cuáles sean los pasos o el camino a seguir para cambiar esta situación, pero estoy completamente seguro de que debe cambiarse.

 

       Acá sigo escribiendo, que estén muy bien.

 

AGR

 

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