«Google AdSense o la esperanza de alcanzar una caguama», Ángel Gustavo Rivas



Alguien me dijo un día que era posible ganar dinero con un blog, no me interesé realmente, eso estaba lejos de mi universo, ni caso le hice; es más, yo ni blog tenía. Había, eso sí, escuchado hablar de los blogs y esas cosas, y no descartaba, por supuesto, la posibilidad de algún día crear uno, pero por esos momentos la sola idea de escribir en un blog para ganar dinero con ello era algo totalmente ajeno a mi pensamiento; ya ni siquiera sé si fue en la etapa en que yo obtenía mis ingresos empacando las compras de la gente en el súper, es decir, de paquetero, o si obtenía dinero vendiendo fierro viejo, cobre, botes de aluminio (en CDMX: latas), tan lejano está esto en el tiempo, aunque presente en mi memoria.
Hace poco, una persona cercana a mí puso en el Google, entre comillas, mi nombre completo, entre los resultados que la búsqueda le dio apareció un viejo blog, con una sola publicación, el estilo sí me parece mío, no hay en ella nada sustancial que permita a nadie definir con certeza si es mío el dicho blog, pero yo creo que debe serlo. La verdad, no recuerdo en absoluto haberlo hecho, si lo hice, se borró de mi memoria (¿con cuántas cosas esto me habrá pasado? me pregunto)
Al terminar el párrafo de arriba hice una pausa en la escritura y fui a hacer yo mismo la búsqueda, el blog está en Blogia, la entrada publicada es del 12 de diciembre de 2006 y tiene un comentario de “Un paseante” que dice “Échale ganas pues, empieza a escribir para leer y poder opinar, no te quedes en eso, no abandones el blog.” y bueno, después de haberlo leído casi puedo asegurar que el blog es mío.
En fin, el caso es que más de diez años después abrí un blog, aún sin intenciones o esperanzas de ganar dinero, sino solamente de escribir y publicar, no obstante, llegó un momento en que a mi mente la idea entró y se sentó en una silla, no quiso salirse pronto, y decidí leer sobre eso. Primero me pareció la cosa más difícil del mundo, pero luego, conforme fui leyendo más y metiéndome en esto, decidí intentarlo.
Antes que nada, me rompí la cabeza y gasté las horas leyendo páginas y páginas de Google AdSense y de blogueros rolleros que escriben sobre marketing online, monetización de webs y esas ondas, realmente todo muy difícil para mí; y todo empeoró a la hora de llegar a la parte de insertar códigos html, ¿Whats? No entendía nada.
Al final, después de miles de esfuerzos, intenté; Google AdSense me rechazó por tener mi blog poco texto (y quizás pocas visitas) así que intenté con otras alternativas; al final, para acabar ya con el cuento, logré una cuenta de AdSense en YouTube, desde YouTube, y tras una semana de grandes esfuerzos, vi, en la suma de las ganancias, un centavo de dólar, al mes los centavos eran tres, y esa es la situación actual. Si no eres Germán Garmendia, no te harás rico en YouTube, ja. Dejé la cuenta activa, a ver si en mi cumpleaños sesenta me alcanza para una caguama (si llego, ja).

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3 comentarios en ««Google AdSense o la esperanza de alcanzar una caguama», Ángel Gustavo Rivas»

  1. Espero que sí te alcance para la caguama y que la compartas conmigo. Abrazos luminosos para ti

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  2. Espero que sí te alcance para la caguama y que la compartas conmigo. Abrazos luminosos para ti

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  3. Será un enorme placer para mí compartirla con usted, querida Dina. Espero que pueda ser pronto. Abrazototote! 🙂

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