En Culiacán, Sinaloa fue capturado por el Ejército Mexicano Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán, la tarde de este jueves 17 de octubre de 2019, pero fue liberado pocas horas después.
De acuerdo con el informe que esa misma noche ofreció a la prensa el Gabinete Federal de Seguridad, leído en Culiacán por el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, Ovidio Guzmán y sus sicarios le dispararon a una patrulla militar de unos 30 elementos desde una casa en el sector Tres Ríos, los elementos de la Guardia Nacional y del Ejército repelieron la agresión y tomaron control de la casa, pero luego llegó un grupo de criminales «de una fuerza mayor a la de la patrulla». Lo anterior, al menos, fue la versión del primer informe al respecto por parte del Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal.
La mañana de este viernes, sin embargo, reunidos en el Palacio de Gobierno de Sinaloa, este mismo Gabinete, el gobernador del estado y el secretario de seguridad pública estatal, dieron una versión distinta de los hechos, de acuerdo con el nuevo reporte, la patrulla militar no hacía un recorrido de rutina, como primero se dijo, si no que efectuaba un operativo con la intención específica de capturar al capo, incluso, de acuerdo con información vertida por las autoridades en esta rueda de prensa, los elementos a cargo tenían consigo una orden de aprehensión.
Hay cambios en los informes porque no tenían en un principio toda la información que fue fluyendo durante la noche, declaró el doctor Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Los medios presentes cuestionaron a las autoridades sobre si fue cierto el rumor que corrió en redes sociales con respecto a que los criminales del Cartel de Sinaloa habían secuestrado a las familias de los soldados que participaban en el operativo, al respecto la autoridad militar negó la veracidad de dicha historia: si hubo agresiones, dijo, pero en ningún momento los delincuentes tuvieron control de ninguna de nuestras instalaciones.
El poder que el Cartel de Sinaloa mostró ayer en Culiacán fue avasallador, lograron con ello nada menos que la liberación de su recién capturado lider. Muchos analistas ven en este acto una muestra de debilidad del estado mexicano, el gobierno federal, dicen, se ha doblegado, ha sido sometido por el narco. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, sostiene por su parte que la medida fue la mejor y que no cambiará su estrategia para enfrentar al crimen y pacificar al país.
Ahora el Gabinete de Seguridad, cuya voz más consistente es la del doctor Durazo, titular de la SSPC, ha reconocido que en Culiacán el jueves 16 de septiembre se hicieron las cosas mal y que el operativo fue fallido, pero, dicen, siguen trabajando con los mismos objetivos, por lo que capturar de nuevo a Ovidio Guzmán es una de las metas.
El Gabinete de Seguridad pretendió precisar también las circunstancias en que se dio la fuga de decenas de reos del Penal de Culiacán -fuga que quedó videograbada- y el número de presos fugados, sin embargo no fueron del todo claros al respecto porque hubo mención de al menos dos cifras diferentes. Pero al final se estableció que se fugaron 51 reos y que dos de ellos han sido ya reaprehendidos, y dicen que hay en marcha un operativo de búsqueda para dar con los restantes.
La fuga, sin embargo, es un elemento más que pone de manifiesto la fragilidad del sistema de seguridad y justicia en Sinaloa, pues los reos fueron sacados de la cárcel para ser incorporados al operativo de rescate de su líder que el cartel llevaba a cabo.
Ahora, mientras que las cosas se siguen «normalizando», la gente en Sinaloa tiene mucho miedo y muy poca confianza en las autoridades. Durante todo el día de hoy la ciudad ha lucido semidesierta y la mayoría de los negocios están cerrados. Por más que las autoridades mejoren la versión oficial, parece muy difícil que el pueblo pueda recuperar la confianza.
Aquí la rueda de prensa:
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