Capitán Emilio Carranza, biografía y hazañas de vuelo
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El Capitán Emilio Carranza Rodríguez (1905-1928) fue un pionero de la aviación mexicana y héroe nacional, conocido como el «Lindbergh de México» por sus hazañas aéreas y su trágica muerte durante un vuelo de buena voluntad entre México y Estados Unidos. Su corta pero brillante carrera lo convirtió en un símbolo de valentía, dedicación y espíritu innovador durante los primeros años de la aviación mundial.
Emilio Carranza nació el 9 de diciembre de 1905 en Villa Ramos Arizpe, Coahuila. Fue el cuarto de seis hijos de Sebastián Carranza Cepeda y María Rodríguez. Su abuelo, Sebastián Carranza de la Garza, era hermano del presidente Venustiano Carranza, lo que hacía de Emilio sobrino-nieto del líder revolucionario.
Infancia
Durante los años de la Revolución Mexicana, la familia Carranza se exilió en San Antonio, Texas, en 1911, cuando Emilio tenía seis años. Allí comenzó su educación primaria y desarrolló su primera fascinación por la aviación.
Regreso a México y primeros contactos con la aviación
En 1917, la familia regresó a México, donde el joven Emilio, de 12 años, comenzó a frecuentar los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas y la Escuela Militar de Aviación en Balbuena, acompañado de su tío Alberto Salinas Carranza, pionero de la aviación mexicana y primer director de la escuela.
Carrera militar y primeros logros
Formación como piloto
En 1923, con 18 años, ingresó a la Escuela Nacional de Aeronáutica como cadete. Durante sus estudios, destacó por su memoria prodigiosa y habilidades excepcionales. El 14 de enero de 1926, a los 21 años, se graduó como Teniente Piloto Aviador de la Fuerza Aérea Mexicana.
Participación en campañas militares
Poco después de graduarse, Carranza participó activamente en la «Campaña del Yaqui» en Sonora y en operaciones contra la rebelión delahuertista. Durante estas misiones demostró gran valor y pericia, lo que le valió el ascenso a Capitán.
Primeros récords y accidentes
En 1926 adquirió un avión Lincoln Standard en Chicago, pero sufrió un grave accidente durante el vuelo de regreso a México, y resultó lesionado junto con su hermano Sebastián, quien era su mecánico. Este accidente requirió que le reconstruyeran parte del rostro con tornillos de platino, pero no disminuyó su pasión por volar.
Hazañas aeronáuticas históricas
Vuelo México-Ciudad Juárez (1927)
El 2 de septiembre de 1927, Carranza realizó un vuelo récord de 10 horas y 48 minutos desde la Ciudad de México hasta Ciudad Juárez (1,200 millas) en un monomotor Quetzalcóatl (apodado «Tololoche» por su construcción totalmente de madera). Esta fue la travesía más larga realizada hasta entonces por un piloto mexicano.
Encuentro con Charles Lindbergh
Tras este vuelo, Carranza coincidió en El Paso, Texas, con Charles Lindbergh, quien acababa de completar su histórico vuelo transatlántico. Este encuentro fue el inicio de una gran amistad entre ambos aviadores.
Vuelo San Diego-México (1928)
El 24-25 de mayo de 1928, con solo 22 años, estableció otro récord al completar el tercer vuelo sin escalas más largo del mundo en ese momento: 1,575 millas (3,000 km) desde San Diego, California, hasta la Ciudad de México en 18.5 horas. Este logro lo consagró como héroe nacional.
El vuelo de buena voluntad a Estados Unidos
Preparativos y motivación
Inspirado por el vuelo de buena voluntad que Lindbergh había realizado a México en 1927, Carranza fue seleccionado para realizar un viaje recíproco con el fin de mejorar las tensas relaciones entre México y Estados Unidos. El periódico Excélsior organizó una colecta nacional que reunió $25,000 para financiar el proyecto, a la que incluso el propio Lindbergh contribuyó con $1,200.
El avión «México Excelsior»
Para esta misión se construyó un avión Ryan Brougham (similar al Spirit of St. Louis de Lindbergh) en San Diego, California, al que bautizaron como «México Excelsior». Carranza supervisó personalmente su construcción y realizó varios viajes a Estados Unidos para asegurarse de que cumpliera con los requisitos necesarios.
El viaje a Washington D.C.
El 11 de junio de 1928, Carranza despegó de la Ciudad de México hacia Washington D.C. Aunque tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en Mooresville, Carolina del Norte, debido a la niebla, llegó a la capital estadounidense al día siguiente, donde fue recibido con honores por el Secretario de Estado interino Robert E. Olds y el embajador mexicano Manuel Téllez.
Honores en Estados Unidos
Durante su estancia, Carranza fue agasajado con numerosos honores:
– Almorzó con el presidente Calvin Coolidge en la Unión Panamericana
– Colocó una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido en Arlington
– Recibió las llaves de la ciudad de Nueva York del alcalde Jimmy Walker
– Revisó tropas en West Point, un honor poco común para un capitán extranjero
– Fue homenajeado por la Federación Sirio-Americana en Brooklyn
Tragedia en el vuelo de regreso
La fatídica decisión
El 12 de julio de 1928, a pesar de las advertencias por mal tiempo, Carranza decidió despegar de Roosevelt Field en Long Island para su vuelo de regreso a México. Según algunas versiones, habría recibido un telegrama del general Joaquín Amaro, secretario de Guerra, instándolo a partir «inmediatamente sin excusa ni pretexto, o la calidad de tu hombría quedará en duda».
El accidente fatal
Durante una fuerte tormenta eléctrica sobre los bosques de Pine Barrens en Nueva Jersey, el avión de Carranza se estrelló. Al día siguiente, su cuerpo fue encontrado por una familia local, a unos 50 pies de los restos del avión, aún sosteniendo una linterna.
Investigación y hallazgos
La investigación reveló que Carranza había cerrado el acelerador y avanzado la palanca de chispa, indicando que intentaba realizar un aterrizaje de emergencia cuando chocó contra los árboles.
Honores póstumos y legado
Repatriación y funeral de estado
El presidente Coolidge ofreció el acorazado Florida para repatriar los restos, pero el gobierno mexicano prefirió transportarlos por ferrocarril. En Nueva York se realizó un impresionante funeral con 10,000 soldados marchando y 200,000 personas en las calles . En México fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres con honores de héroe nacional y fue promovido póstumamente al grado de General.
Monumento en Nueva Jersey
En 1931 se erigió un monumento de 12 pies (3.6 metros) en Wharton State Forest, Nueva Jersey, financiado por donaciones de niños mexicanos. El diseño representa un águila azteca cayendo y cada julio se realiza una ceremonia conmemorativa.
Familia
Carranza se había casado con María Luisa Corbala en enero de 1928, apenas seis meses antes de su muerte. Su hijo póstumo, Emilio Carranza Corbala, nació en 1929 pero falleció a los seis años por apendicitis.
Legado y significado histórico
Emilio Carranza representa lo mejor del espíritu pionero de la aviación temprana. Sus logros demostraron que México podía competir en el escenario aeronáutico internacional. Su vuelo de buena voluntad, aunque trágicamente interrumpido, simbolizó los ideales de paz y cooperación entre naciones.
Se le recuerda como:
– El máximo héroe de la aviación mexicana
– Un ejemplo de dedicación y valentía para las nuevas generaciones
– Un puente cultural entre México y Estados Unidos
– El Lindbergh de México, comparable al famoso aviador estadounidense
Su corta pero intensa vida (murió a los 22 años) dejó una huella imborrable en la historia de la aviación y en el imaginario colectivo mexicano, donde sigue siendo venerado como un mártir de los cielos y un símbolo de los ideales más nobles.
Si lo prefieres, puedes escuchar el contenido en el siguiente video de Youtube:
Altavoz México Redacción
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