Poema probable y texto no poético que lo continúa, Ángel Gustavo Rivas


Poema probable (por los niños palestinos) y texto no poético que lo continúa.
(Sobre los crímenes insoportables del estado genocida de Israel en contra del pueblo de Palestina)


Es la mañana y el sol no sospecha la tarde que vendrá.
Los niños en la escuela están ansiosos porque faltan cinco minutos para el recreo.
En una rama de árbol, en el parque cercano, hay dos huevos a punto de eclosionar,
dos seres nuevos vendrán al mundo, están ya en él pero pronto verán la luz por vez primera.

No es hora de tristezas ni de penas, no en este lado del mundo donde los criminales israelíes no están asesinando niños para robarles sus tierras, las tierras sobre las que yacen sus casas destruidas. Estamos en México, y es nuestro deber, por ser hombres vivos, vivir felices a pesar de todo, para no ofender a la vida, oportunidad única en la inmensidad.

Los sonidos de la ciudad llenan las calles, el carro del fierro viejo se mete en mi poema inevitablemente. Poema dije, sí, pero este texto está para la crítica dispuesto. Impresionar no es, convencer tampoco, un objetivo que este texto se plantee.

La vida es esta oportunidad de conciencia concedida a la materia y ejercerla es vivir.

Materia somos, carbono, etcétera, pero en nuestra materia se han formado ojos, dentro de los ojos, donde viaja la mirada, hay una central nerviosa que nos permite notar los fenómenos que nos rodean, de los que somos parte, y nos permite decir, viva Palestina libre, y nos permite notar el criminal del todo condenable que es el ejército israelí y todo el gobierno del estado genocida.

Los ruidos del mundo llegan a este texto, cómo podría escribir un hombre sensible y atento sin notar todas esas cosas que están sucediendo allí, afuera del texto que pretende, que desea, un texto que pueda ser leído por cualquiera y diga algo, siempre, donde sea, a quien sea. Yo no lo sé, ciertamente, por eso me lo pregunto.

Llegó la hora del recreo y el niño que me habita jugará un momento con el niño que me acompaña. Padre soy, hijo soy; todos los hombres merecen vivir en paz. Por los niños de Palestina, no le exigiré a este texto que sea poema, aunque si lo fuere, qué mejor. 

Palestina debe ser libre, sus niños deben tener un recreo en la escuela para tomar su lunch, para jugar felices. Las casas de los niños palestinos deben nuevamente construirse, ser de ellos como lo habían sido antes, deben estar vivos los niños palestinos, deben estar vivos y no muertos, ni muriendo por el fuego criminal de Israel genocida.

Las huestes infernales de Israel, esos hombres siempre a matar dispuestos, deben regresar a sus hogares, a sus cuarteles, a las fronteras originales del estado de Israel.

Los niños de Palestina deben tener en su cara no la tierra y la sangre que pierden, que están perdiendo, sino una sonrisa que demuestre que sus vidas y alegrías son respetadas.

Deben detenerse las fieras criminales que matan a los niños palestinos, deben detenerse los soldados criminales que disparan contra niños, inocentes niños.

La barbarie israelí debe retirarse de la tierra palestina, esos hombres oscuros que asesinan niños por el odio en su corazón, o por la orden de líderes que mandan desde el odio en su corazón, desde la maldad más increíble, deben detenerse, cesar de disparar sus armas, deben dejar de echar bombas desde el cielo, que vuelvan a sus casa y se queden por allá, que regresen a los niños palestinos las escuelas, los niños palestinos necesitan estudiar en su cultura, en su lengua, en su tierra, con toda libertad y con comida, agua y amor, con mucho amor.

¿Merecen vida, respeto y bienestar los niños israelíes? Pues el mismo derecho a vida, respeto y bienestar tienen los niños palestinos. ¿Por qué Israel criminal les dispara armas de fuego? ¿Por qué Israel criminal les arroja bombas y los mata?

Israel, criminal, no mates niños, déjalos que vivan y que crezcan.
Israel, criminal, no arrojes bombas sobre las ciudades de los niños palestinos, déjalas que existan y que sean.
Israel, genocida, deja de matar al pueblo palestino, vuelve con tus bombas a tu casa.

Los niños palestinos deben vivir y ser felices. Debe detenerse el criminal que les dispara, debe detenerse el criminal que los destruye.

Los niños palestinos son niños, como son niños los niños israelíes, como son niños todos los niños del mundo. Debe respetarse la vida de los niños, deben llenarse de cuidados y de amor.

Israel, asesino de niños, deja de asesinarlos, criminal del mundo.

Ángel Gustavo Rivas


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