Como aguas divididas
Dicta el agobio su pesar. La noche
es la que permanece y la que sueña.
Como aguas divididas se apartaron las horas
y se alejó la luz. Todo es desierto.
El mundo suena a hueco. En su corteza
ha crecido el temor. Alguien, a veces,
puede creerse vivo. Pero el tiempo
le quitará el orgullo y en su boca
hará crecer el polvo, ese lenguaje
que hablan todas las cosas.
José Emilio Pacheco
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