Atenea, diosa griega de la razón, nació de la cabeza de su padre, Zeus, el dios supremo y soberano del Olimpo, el más poderoso de los dioses todos, el altisonante que blande el trueno y que reina sobre mortales e inmortales.
Atenea representa a la razón, es la personificación de la razón, es la Razón; acaso fue, antes de nacer, un pensamiento recurrente de su padre, un pensamiento inteligente, por supuesto. De similar manera, al más tradicional estilo griego, al más puro estilo de la divinidad griega, nace hace poco un nuevo escritor destinado a ser colaborador frecuente de El Jacalito del Fondo, el Barón de la Banqueta, el título de barón le ha sido otorgado por partida doble, es un escritor, es decir, es de género masculino, es un pensador, un crítico y un reflexivo, ha nacido para ello, para pensar, para cuestionar , deliberar y reflexionar, y por la naturaleza noble de semejante labor, ha recibido también el título de Barón.
Nació, de forma ya definitiva, mientras su padre cruzaba el camellón de avenida Chapultepec, entre Praga y Varsovia, casi sobre Praga, una madrugada llena de letras, desvelo y café; por ello, al verlo nacer sobre la banqueta del camellón, a unos pasos de los restos del Acueducto de Chapultepec, su padre decidió bautizarlo como “Barón de la Banqueta”, y en las banquetas el Barón reside; en las banquetas, de esta ciudad y de cualquiera, realiza su trabajo, desempeña sus actividades, que son actividades de la psique, del espíritu, de lo inmaterial, como inmaterial es su esencia y su persona; es un puro pensamiento, es un puro pensar, el Barón de las Banquetas es un pensamiento constante fluyendo sobre pasos de banqueta, sobre pasos en todas las banquetas, corriendo, caminando, bajo la lluvia, bajo un paraguas o mojándose, bajo el sol.
El pensamiento no se detiene nunca, y el Barón de la Banqueta lo ejercita siempre, si dejara de hacerlo desaparecería, porque su vida toda es un pensamiento, porque él es un pensamiento, porque su actividad es el pensamiento, porque su cuerpo y su espíritu son ese pensamiento que él piensa, porque su legado es el pensamiento, porque come, cena, ama en un pensamiento, desde un pensamiento. Un pensamiento, el Barón de la Banqueta es nuestro nuevo autor, en El Jacalito del Fondo.
Por ser un pensamiento en ejercicio constante, por ser inmaterial, por ser etéreo, a veces el Barón de la Banqueta se transfigura –en el pensamiento- y adopta identidades varias, unas algunas veces y otras en otras ocasiones, pues ello le permite la exploración de situaciones diversas que atañen al mundo de las ideas; ello le permite el acercamiento desde diversas perspectivas, desde perspectivas específicas y concretas a cualquier historia, situación o caso; ello le permite la toma y la defensa de distintas posibilidades. En esto, cabe anotarlo, es similar también a los dioses helénicos, que así se transfiguraban en seres de diversa índole, de distintas naturalezas, para acercarse a fenómenos distintos de formas distintas, según sus intereses. No le extrañe por lo tanto a nuestros lectores verlo de pronto escribir en primera persona, en segunda, en tercera; o utilizar los pronombres ya colocándose en un lado, ya en otros, pues el análisis es su afición, la crítica su ejercicio y el lenguaje su principal herramienta.
La primera publicación de El barón de la Banqueta ha sido «Me dejaron en visto».
En El Jacalito del Fondo damos pues la bienvenida a nuestro nuevo autor, y celebramos felices su arribo. Enhorabuena.
Ángel Gustavo Rivas
Director de El Jacalito
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